Sudar Y El Glamour: Enemigos A Muerte

19 de diciembre, 2013

Por: Maria Conchita Arcalá

Buscando una imagen que acompañe este post, sólo encontraba fotos de motivación para aquellos que están haciendo ejercicios, con texto cómo «nadie se ahoga en sudor» y «me siento más bella cuando sudo». Si claro, pero eso aplica para cuando estás fajada haciendo lagartijas. En un evento donde has hecho el esfuerzo de arreglarte el […]

Buscando una imagen que acompañe este post, sólo encontraba fotos de motivación para aquellos que están haciendo ejercicios, con texto cómo «nadie se ahoga en sudor» y «me siento más bella cuando sudo». Si claro, pero eso aplica para cuando estás fajada haciendo lagartijas. En un evento donde has hecho el esfuerzo de arreglarte el cabello y el maquillaje, no quieres el sudor cerca ni de relajos.

Doy gracias a Dios porque disfruto muchísimo de las cosas positivas de los demás. Nunca me siento con envidia de «ay yo quisiera tener lo que ella tiene»; al contrario: si veo algo en alguien que me gusta se lo digo ahí mismo, sea a una extraña o a una conocida.

Pero confieso que hay una sola cosa que me da envidia de mi madre, una cualidad que yo desesperadamente hubiera querido heredar: ella no suda. En serio. En los 29 años que tengo conociendo a este ser, nunca la he visto sudando. Que conste que es amante de los ejercicios. Es simplemente que ella no suda y por ende NUNCA se ve desarreglada. Claro, eso no se puede quedar. El sudor y el desarregle son mejores amigos, que no se separan uno de otro jamás.

¿A qué se debe todo este análisis?

Pues anoche estaba en una fiesta. Llegué con mi peinado todo producido y maquillaje impecable (obvio que no los hice yo). La música estaba chulísima, el esposito me saca a bailar. Brincos efusivos y Ka boom. Me comencé a derretir, de chin en chin. Mi cara tiene dos zonas: la frente y el labio superior. Son las dos únicas que sudan. Pero esas dos son más que suficiente. La pollina cambió, cuando me vi de re-ojo en un espejo tuve que ir al baño huyendo a modificar el peinado. Es algo muy sutil, no dique que «¿¡GUAY QUE LE PASO A ELLA?!» pero yo lo veo. O mejor dicho lo siento.

Ahí llega un sentimiento inmediato de «se me fue a pique el look». Y solo me pasa por la mente ¿porqué no pude salir a mi madre?

Y a ti, ¿te ha pasado algo similar? 

  1. Marleny dice:

    Ay Peccata! Es la historia de mi vida. Simplemente no soporto sudar! Recuerdo estar en eventos en que trato de moverme lo menos posible para evitar esa cosa tan molesta y fea.
    Gracias por compartir como siempre tus historias con nosotras.
    Besos,
    Marleny

  2. Elisa Duarte dice:

    La historia de mi vida! Yo seria el antonimo de tu madre, sudo hasta de pensar en moverme, es algo inusual. Cuando era pequenia bailaba ballet clasico y mientras mis companieras estaban totalmente secas, yo estaba baniada en sudor. Es la cosa mas desagradable del mundo.
    Cuando voy a una fiesta y quiero que mi maquillaje dure mas de dos horas, debo hacerme el verdadero «ferre» para que asi mientras vaya desapareciendo, me quede poco.
    Esto es algo con lo que no me acostumbro a vivir! Odio sudar tanto!

  3. Anónimo dice:

    Sudor y humedad. Ay… Controlo el sudor pero ese frizz en el pelo es imposible!

  4. Lucerys dice:

    Y que me dices de la humedad?… Ayy, ese frizz incontrolable que arruina el mejor de los planchados.

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